lunes, 11 de enero de 2010

Un mundo maravilloso

Tal parece ser que los resultados de una serie de encuestas realizadas por una corporación internacional figuro a México como el séptimo país del mundo con la mayor cantidad de población feliz con su país y por el otro lado de la moneda surgió a la luz pública el resultado de que Ciudad Juárez es por segundo año consecutivo la ciudad más violenta del mundo al registrar 191 homicidios por cada 100 mil habitantes, de acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. Honestamente, al ver estas dos noticias en un mismo día me pongo a pensar en lo poco creíbles que llegan a ser los medios de comunicación al querer opacar una nefasta noticia como la de nuestra ciudad fronteriza con el dato de una corporación que sale a decir que México está feliz a pesar de la guerra con el narcotráfico, el aumento a los impuestos y la supuesta salida de la crisis económica del 2009.
La verdad no sé quien en su sano juicio diría que está feliz de ver un México tan mermado y opacado de lo que realmente debería ser. Ya nos llego el año del bicentenario y sus festejos y donde sacamos lo mexicano hasta en la sopa pero la verdad es que yo no veo ese espíritu de mucha gente por querer cambiar la situación. Vivimos en un país completamente controlado por el narco y por ende militarizado hasta los dientes y donde el mexicano promedio vive los estragos de esa guerra con los narcotraficantes, el aumento a los impuestos y las discusiones sin fin de nuestros legisladores sobre temas que hagan creer a la mirada internacional que somos un país con mentalidad moderna y que acepta las bodas entre personas del mismo sexo o el aborto. Porqué no mejor nos vamos un paso atrás y literalmente nos concentramos el limpiar nuestra casa antes de ir ante el mundo a dar una falsa bandera de liberalismo impuesto por legisladores que no cumplen ni el 50% de asistencia. A todos en la escuela e incluso en la universidad a veces se nos dijo que si no había un mínimo de asistencia a la clase se nos iba a dar un “sin derecho”; porque no plantean los mismos legisladores algo así que los obligue a asistir bajo pena de quedar “sin quincena”. Eso no pasa jamás por su mente, y en cambio si les surge la brillante idea de reelegirse para seguir cobrando un cheque por otros cuatro años y sin ir a trabajar.
Utilicemos estos festejos y celebraciones del año del bicentenario para formar una fuerza ciudadana más solida que en verdad combata las necesidades de todos nosotros los mexicanos. Usemos los ideales independentistas y revolucionarios para reformar la mentalidad del gobierno y de los legisladores para que surja un verdadero cambio, y en lugar de llenarnos de lindas notas periodísticas que no parecen ser muy ciertas: tomemos las notas malas y las usemos como herramientas para realizar los cambios. Que la participación ciudadana surja y resurja en este 2010 y sea grabado dentro de doscientos años como un parte aguas de cambio no violento desde la cancha ciudadana que ahora tiene la pelota. Hagamos a México un lugar mejor. El futuro está en la cancha ciudadana.

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