sábado, 27 de marzo de 2010

Ciudadano al asecho I

Después de haber superado la prueba de sobrevivir al muy elegante y tecnologico aeropuerto de la ciudad de Toluca, tome rumbo a la capital de las tierras regiomontanas para ver que realmente pasa en el caluroso norte del país. El aeropuerto fue insufrible, pero como cualquier otro donde te despojan hasta de tu más íntimo pudor en un intento de comprobar que uno no es terrorista. Lo bueno del asunto fue ver a todos los miembros del equipo de futbol Toluca siendo objeto de las mismas minuciosas e impudicas revisiones a la que todos los que pretendemos viajar somos objeto.

Los chorizeros del Toluca y yo arribamos con bien a Monterrey con propósitos distintos pues ellos vienen a jugar el Domingo contra tigres y yo a vacacionar e inspeccionar esta bella ciudad, pero creo yo que con el mismo resquemor provocada por toda la difusión mediática en torno a la narcomoda que ocurre en nuestro país; o al menos así me lo relato uno de los jugadores. La verdad sea dicha, el aeropuerto de dicha capital no muestra ningún tipo de cambio y todos fuimos recibidos de la misma manera que en épocas anteriores.

Al ya salir del aeropuerto y aproximarnos a las calles capitalinas de Monterrey, se percibe en la opinión de este frecuente viajero de esta ciudad; un muy fuerte incremento en el transito y tráfico de la ciudad. Más allá de esto, se percibe una sutil histeria colectiva muy al estilo de nuestro DF, de querer llegar a nuestro destino lo más rápido posible y evitando contacto con todo lo malo que nos pueda suceder. Hablando con mi familia de aquí, me relatan que sus costumbres de salida y de convivencia se han limitado de muchas maneras. Evitan salir a lugares peligrosos pues ahora hay robos a mano armada, y el contacto social que se puede llegar a tener es en lugares públicos que aparentan ser seguros o si no simplemente en casa de alguien. Los estudiantes universitarios del TEC son objeto de ya muy regurosas medidas de seguiridad, mientras que ya varios estudiantes de intercambio se han ido a su país natal o inclusive repatriados por su universidad de orígen tras romper vínculo con el TEC debido al acto de violencia en contra de dos de sus estudiantes. Es triste saber eso, pues muchas veces el valor de un estudiante de intercambio va más allá de lo académico y llega a aportar más a la comunidad fuera del salón de clases.

Monterrey es ahora ya un hijo más de la violencia y de la inseguridad nacional, y por ser nuevo en el tema yo creo les genera más pánico pues no saben como subsistir ante esto. Habrá que enseñarles el mísero colmillo chilango de como vivir en esa situación.

Ahí nos vemos primos! (frase regia muy típica)

CONTINUARÁ...

1 comentario:

  1. Excelente descripción. Es una lástima pero es la verdad, Monterrey ya es otro hijo más del crimen.

    Saludos desde Mty!

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