viernes, 25 de septiembre de 2009

El fin de los tiempos mexicanos

En las últimas semanas hemos sido testigos de una feria de acontecimientos de toda índole que la verdad deja boquiabiertos a muchos de nosotros. Aviones secuestrados por una botella de Jumex que predecía el fin de la humanidad a través de un terremoto. Días después, se arma una balacera muy al estilo del viejo oeste donde un par de personas demostraron su hartazgo ante nuestra sociedad y sus rumbos y decidieron arriesgar su vida para controlar la situación. Todo este tipo de eventos ya con una fuerte connotación de violencia hacen reflejar un constante estado de hartazgo por parte de la sociedad. Una sociedad mexicana hundida por la crisis económica, el crimen y unas instituciones gubernamentales tambaleantes. Impera una sensación de inseguridad generalizada, de incertidumbre del futuro y de cierto miedo por parte de los gobernantes para hacer algo. No es resultado del azar estas olas de violencia que han surgido desde el cielo hasta a las puertas de un banco voladas con latas de gas; todo esto es un mero reflejo de una sociedad presionada contra la pared y un gobierno que a veces arrincona mas en lugar de darnos una mano amiga.
Bien nos dijo hace poco Christopher Nolan en su película “El caballero de la noche” que la sociedad no requiere de un superhéroe que atrape a los miles de criminales. Para empezar, en el mundo criminal todo líder del hampa es muy fácil reemplazable así que la cadena jamás moriría. Lo que en verdad se requiere son instituciones sólidas que tomen ese papel de superhéroe sin llegar tan tejos pues simplemente es hacer bien su trabajo y lograr que se den resultados cumpliendo con las leyes. Es verdad que estamos viviendo un muy fuerte resfriado económico y que eso provoque muchas cosas, pero hay otras que han surgido desde hace años ya a través de una muy poco sana cultura cívica y malos gobernantes.
Como es posible que en lugares como Texas y California donde las condiciones climáticas son parecidas a las de nuestro país, tengan un desarrollo en sus producciones agrícolas en manos de los migrantes mexicanos; mientras que aquí en México la agricultura pasa por un muy fuerte bache en donde hasta el supuesto país hijo del maíz, le compra el grano a Estados Unidos. Es mi opinión que esto pasa debido a que en lugares como Estados Unidos, existe una ley rigorosa que es respetada y temida por la gran mayoría y en cambió aquí nuestras leyes son de chocolate y todo puede pasar. Y alguien que no deseo trabajar pero si ganar mucho dinero puede salirse bien librado de su plan.


Es momento de replantearnos este tipo de situaciones con motivo de las más recientes elecciones para de una vez por todas provocar conciencia en la gente y provocar los cambios que el país necesita. Tristemente, en estos días se cree por muchos que el estar activo en la vida política nacional es el tapizar toda una delegación con letreros cuya leyenda es: “Yo ya vote, respeten mi voto”. Tal parece que la gente no entiende la gravedad en que en dos delegaciones políticas del Distrito Federal, sean cuestionados los delegados electos por excederse del presupuesto de campaña a favor de su triunfo. Hay que darse cuenta que si el tribunal electoral en efecto avala tal irregularidad, se ha violado la ley y por ende hay que acatar una posible elección extraordinaria. Lo triste de este asunto es que hay mucha gente defendiendo a su candidato con todo el derecho; pero no se dan cuenta de que no se trata de un mero capricho y que si en efecto se rompe la ley hay que pagar un castigo, aunque en este país como ya decía yo anteriormente; uno puede tomar desviaciones y atajos para evitar ser sancionados.
Démonos cuenta de la fragilidad institucional y social que vivimos en nuestro país, y en lugar de concentrarnos en las superficialidades de la misma sociedad, busquemos quitar de raíz esa mala hierba que nos ha estado pudriendo desde hace décadas. Dejemos de festejar el futuro bicentenario con lindas luces y sonidos y en lugar busquemos el bienestar de todos. Cualquier persona o sociedad sufre hasta que se lo permite, al momento de querer un cambio real este surgirá con toda la fuerza; pero si no lo deseamos y lo buscamos, este jamás llegara y seguiremos encerrados en este círculo vicioso. Dejemos las actitudes pasivas y contemplemos, reflexiónenos y actuemos por México.

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