La civilización no dura porque a los hombres sólo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio. Pero nada de lo que da la civilización es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde. José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo y ensayista español.
En el mundo moderno y de México el valor monetario ha logrado corromper a la sociedad y provocar una nefasta desvalorización cultural. Se ha vendido y comprado para esos efectos, la idea de comprar un bien material de moda por encima de un bien que proporciona un real beneficio como la misma alimentación y las normas sociales del valor de tener un auto de lujo por encima de un plato en la mesa es de mayor valor. Por eso mismo vemos una cantidad infinita de esas casas de aluminio y al borde de derrumbarse, pero con una despampanante antena de televisión satelital para jamás perderse un capitulo más de la millonésima telenovela o reality show de moda. Vivimos una cultura del silencio donde el gobierno, la televisión y cualquier medio nos dice como pensar y como actuar y la acatamos al pie de la letra sin siquiera reflexionar que nos están tratando de hacer y como pequeños robots teledirigidos seguimos las ordenes de nuestros sabios líderes.
Hace muchos años ya, Rousseau nos planteo que la educación muchas veces nos da ciertos parámetros que busca el gobierno y oculta muchas veces la realidad que distancia al pueblo de su gobierno. Se nos inyecta un sedante intelectual, que nos deja tranquilos sin cuestionar nada de nuestro entorno, y derogando una cualidad básica del hombre que es el cuestionarse todo lo que sucede alrededor. En un país como México que es analfabeta funcional por excelencia, es educado de acuerdo al gobierno causando que la gran mayoría no recurra a otras ideas y pensamientos que fomenten el análisis crítico de la situación política actual y aquel que si logre encontrar otras ideas es tomado como el villano del comic pero si lo logran corromper con el dulce sabor del dinero, es presentado en sociedad como un héroe idealista e innovador controlado por las altas esferas como un vil títere a través de una ética capitalista que da dinero para manejar con facilidad a las personas; tal y como lo dijo Wundt años antes de que apareciera el fenómeno.
El gobierno pretende muchas veces, disolver a los pueblos en masas para lograr un mejor control y crear la idea de una supuesta libertad de expresión. En la actualidad, ya no hay reales masas políticas que propongan propuestas diferentes. No adversas ni contrarias, simplemente diferente a lo que hemos sido expuestos en los últimos años. No hay contagio mental real que comparta un ideal en común y diferente propuesto por el gobierno. Por eso mismo, el gobierno al darse cuenta que conforme el tiempo y el descontento social aumentan se dan la libertad al estar empapados en miedo de cometer una cantidad absurda de actos estúpidos e incluso ilegales; ante la falta de una real imagen de poder.
El camino que todos nosotros los ciudadanos debemos de tomar ya está marcado. Afortunadamente podemos decir que mucha gente está abriendo los ojos y esto puede crear una nueva generación de políticos que cambien el sistema de raíz. El viejo sistema ya es un anciano cansado y viejo que todavía pone banderas y colores a los ideales de una persona. Es un viejo perspicaz que todavía nos saca un par de juguetes de la nada, los cuales nos sorprenden todavía y nos dejan inmóviles un gran tiempo; como fue el caso de AMLO hace años, y recientemente del folklórico Rafael Acosta “Juanito”.
Como todo proceso en la vida del ser humana, la democracia tiene y debe evolucionar y el mantener esas viejas costumbres de dividirnos por una bandera partidista o por un ideal político que nos denomine como izquierda o derecha ya es algo ambiguo. Nos concentramos más en buscar ser diferentes del vecino, que en realmente profundizar que si logramos un acuerdo en común se puede lograr algo en beneficio de la comunidad y de uno mismo. Eso pasará cuando le quitemos el peso al peso y le demos peso al acto. Cuando nos despejemos de la dependencia de esas grandes corporaciones que nos llenan la cabeza de sueños rotos o nos dan una moneda cuando pretendemos crear una idea diferente. Lo malo de todo esto es que la historia nos muestra que la gente cree que oponerse al gobierno o a esas tóxicas corporaciones es únicamente a través de las armas o de la violencia; y la verdad sea dicha, esto no es así. Es simplemente exigir que todos cumplan con su trabajo, que todos pongan el grano de arena para ayudar al país, el buscar las bases sólidas para una vida política sana y democrática. La mejor manera es alzar la voz y decir: “Yo vote por ti, y aquí estoy yo, y no soy un bulto más”.
Abramos canales de discusión, hablemos, analicemos, escribamos, participemos. Seamos partícipes del deseo común de que nuestro país mejore y de que la sociedad está presente. Dejemos la telenovela, el futbol, el sexo, las drogas y el rock tan solo por unos momentos y busquemos ese algo que traiga un real y jugoso beneficio para todos. A actuar se ha dicho!!
 
 

 
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