 Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia.
Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia.
- Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.La realidad sin embargo, es terca y ajena a las doctrinas y los principios de esa democracia. Hoy por hoy, y desde nuestros más lejanos orígenes incluyendo desde la pre-hispana hasta el día de hoy, la miseria humana ha tergiversado la doctrina y sus principios, y llama orgullosamente el control absoluto de un grupo selecto, o clase social como la muy famosa y referida “democracia mexicana”. La división formal de poderes que se encuentra fácilmente en el texto constitucional se he pervertido. Ha sido pervertida por los hombres que sin descanso buscan su privilegio personal o la de un grupo y para lograrlo se ponen al servicio de los intereses del privilegio llamado comúnmente; puesto de elección popular. Han existido, sin duda, célebres excepciones que confirman lo contrario a este dañino proceso desde la constitución de Apatzingan pasando por la constitución liberal y la constitución social de 1917. Sus reformas, sin embargo, han estado predominantemente dirigidas a consolidar el control de los cazadores de la riqueza y de los “representantes del pueblo” subordinados alegre e incondicionalmente a su servicio, al menos como formalidad de papel pues la realidad es otra.
Basta recordar en los obscuros y envilecidos tiempos de hoy, la vergüenza nacional de lo que fue la ley televisa. En dónde estaban los augustos representantes del pueblo y los partidos dedicados a velar por el interés de la nación ¿En dónde estaban? En ninguna parte. La distancia entre los principios y la doctrina de la democracia y la aberrante realidad de la nación cubrió por igual a todos los partidos políticos y todos los “representantes populares”.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario